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Leishmaniosis en humanos

La leishmaniosis es una enfermedad bien conocida principalmente en los países del sur de Europa. Se trata de una zoonosis endémica en 98 países de todo el mundo. El 90% de los individuos afectados se localiza en cinco países: India, Bangladesh, Nepal, Brasil y Sudán.

WHO 2018 Coutaneous & visceral leishmania worldwide map
Figura. Distribución mundial de la leishmaniosis: en (A) se muestra el mapa de distribución mundial de la leishmaniosis cutánea, y en (B) de la leishmaniosis visceral según la OMS en el año 2018.

Según la Organización Mundial de la Salud la incidencia anual se estima entre 1,5 y 2 millones de casos, la prevalencia en 12 millones, y se calcula que la población en riesgo de ser infectada es de 350 millones de personas.

La vigilancia epidemiológica en España comienza en 1982, entrando a formar parte del listado de enfermedades de declaración obligatoria (EDO). Desde 1993 se han extendido significativamente las regiones endémicas, con un aumento considerable de los casos notificados de esta enfermedad. A mediados del 2009 se produce el brote más importante en Fuenlabrada y otros municipios del SO de la región (Humanes de Madrid, Getafe y Leganés), que continua aún activo y que hasta la fecha ha afectado a más de 690 personas. (SNEDO 2016)

En este caso se ha puesto de relevancia la aparición de un nuevo ciclo urbano de transmisión de Leishmania en el que están implicados reservorios animales diferentes del perro (liebres y conejos) no descritos anteriormente.

Real Decreto 2210/1995, de 28 de diciembre y Orden SSI/445/2015, de 9 de marzo (B.O.E. 17 marzo 2015, Sec. I. Pág. 24012)

Decreto 184/1996, de 19 de diciembre, por el que se crea la Red de Vigilancia Epidemiológica de la Comunidad de Madrid.

ORDEN 9/1997, de 15 de enero, de la Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, para el desarrollo del Decreto 184/1996, de 19 de diciembre.

EVALUACIÓN DEL RIESGO DE TRANSMISIÓN DE LEISHMANIA INFANTUM EN ESPAÑA. OCTUBRE 2012. Documento elaborado por: Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias sanitarias (CCAES) Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad

Transmisión de Leishmania al hombre

Como hemos señalado anteriormente, el contagio al ser humano se produce por la picadura del flebotomo infectado con el parásito. Para que el mosquito se infecte ha de picar previamente a un hospedador enfermo. También se ha demostrado la transmisión entre personas por transfusiones sanguíneas, contacto sexual y uso de jeringas contaminadas, pero son excepcionalmente raras (Dey A, Singh S. Indian J Med Microbiol. 2006).

Síntomas de la leishmaniosis en el hombre

Cutánea: se caracteriza por lesiones ulceradas en la piel, normalmente indoloras. El periodo de incubación es de 2 semanas a 4 meses desde la picadura. Son autolimitantes, es decir que se suelen curar incluso sin tratamiento, si bien la curación puede tardar meses y dejar secuelas como cicatrices.

Visceral o kala azar: es mucho más grave y afecta a varios órganos como el bazo, el hígado y la médula ósea principalmente. El periodo de incubación oscila entre 10 días a 2 años (lo normal es de 2 a 4 meses) y se manifiesta con fiebre y pérdida de peso, seguido de un aumento del tamaño del hígado y el bazo. También es frecuente la aparición de anemia. Tiene tratamiento eficaz, aunque requiere la hospitalización del paciente.

Prevención de la leishmaniosis en el hombre

La prevención y el control de la leishmaniasis requieren una combinación de estrategias de intervención, ya que la transmisión se produce en un sistema biológico complejo que engloba el huésped humano, el parásito, el flebótomo vector, y, en algunos casos, un reservorio animal. Las principales estrategias tienen en cuenta lo siguiente:

  • El diagnóstico temprano y la gestión eficaz de los casos reducen la prevalencia de la enfermedad y previenen la discapacidad y la muerte.
  • El control de los vectores ayuda a reducir o interrumpir la transmisión de la enfermedad al controlar los flebótomos, especialmente en el contexto doméstico.
  • La vigilancia eficaz de la enfermedad es importante. La notificación rápida de datos es fundamental para el monitoreo y la adopción de medidas durante las epidemias y las situaciones en las que hay una elevada tasa de letalidad a pesar del tratamiento.
  • El control de los reservorios animales resulta complejo y debe adaptarse a la situación local.
  • La movilización social y el fortalecimiento de alianzas. Las alianzas y la colaboración con diferentes sectores interesados y otros programas de lucha contra enfermedades transmitidas por vectores son esenciales a todos los niveles.

La labor de la OMS en la lucha contra la leishmaniasis engloba lo siguiente:

  • Apoyo a los programas nacionales de lucha contra la leishmaniasis en la elaboración de directrices actualizadas y planes de control de la enfermedad;
  • Actividades de sensibilización y promoción respecto de la carga mundial de leishmaniasis, y fomento de un acceso equitativo a la prevención y la gestión de casos;
  • Elaboración de directrices, estrategias y normas políticas basadas en datos científicos para la prevención y la lucha contra la leishmaniasis, y vigilancia de su aplicación;
  • Prestación de apoyo técnico a los Estados Miembros con el fin de crear un sistema de vigilancia y mecanismos de preparación y respuesta sostenibles y eficaces;
  • Fortalecimiento de la colaboración y coordinación entre los asociados, las partes interesadas y otros organismos;
  • Seguimiento de la situación y las tendencias de la leishmaniasis en el mundo y medición de los progresos en la lucha contra la enfermedad, y financiación;
  • Suministro de pruebas diagnósticas y medicamentos antileishmaniásicos cuando proceda;
  • Promoción de investigaciones sobre los medios para luchar eficazmente contra la leishmaniasis, especialmente en lo que respecta a medicamentos, herramientas de diagnóstico y vacunas seguros, eficaces y asequibles; y facilitación de la difusión de los resultados de la investigación.

En la Comunidad de Madrid se está ejecutando un plan de acción conjunta por parte de los Ayuntamientos y la Comunidad, cuyas principales actividades son:

  • Vigilancia del reservorio (perro): mantenimiento de la vigilancia serológica en Centros de Protección Animal (chequeo sistemático en todos los ingresos y sacrificio en caso de positividad), refuerzo de la vigilancia en focos potenciales de riesgo (rehalas, etc.), investigación de la presencia de otra fauna que pudiera estar implicada como reservorio.
  • Vigilancia del vector (flebotomo): captura de flebotomos mediante trampas, identificación de la especie e identificación de la presencia del parásito.
  • Control ambiental: identificación de zonas de riesgo y aplicación de medidas de saneamiento ambiental (escombreras, parques, vertederos, etc.), desinsectación de focos potenciales de riesgo y recogida de animales abandonados.
  • Educación sanitaria: edición y distribución de folletos informativos sobre la enfermedad y su prevención, realizados en colaboración con el Colegio de Veterinarios de Madrid.
  • Control de las poblaciones de liebres y conejos en las zonas de riesgo.

En el exterior:

  • Si pasea por parques a partir del anochecer, o al amanecer, es recomendable utilizar ropa que cubra la piel (manga larga, pantalón largo), así como el uso de productos repelentes adecuados, y teniendo en cuenta las instrucciones del producto. Si va con coches de bebé puede cubrirlos con una mosquitera.

En el interior:

  • En el interior de las viviendas, sobre todo en alturas bajas y chalets, se recomienda el uso de difusores eléctricos antimosquitos en las habitaciones, pero nunca emisores de ultrasonidos, inocuos para el flebotomo. También puede aplicar periódicamente insecticidas de larga duración, en marcos de puertas y ventanas, así como tomar las adecuadas medidas de higienización de los lugares que puedan servir de refugio al mosquito. Los sprays insecticidas de uso común también son válidos, aplicándolos varias veces al día en las habitaciones y dormitorios.
  • Instalar mosquiteras en puertas y ventanas. Estas han de ser de malla fina (1-2 mm máximo).
  • Usar aire acondicionado y ventiladores dificulta la presencia del mosquito en la vivienda.
  • Evitar la acumulación de restos vegetales y escombros en las proximidades de la vivienda. También puede ayudar a disminuir la población de flebotomos métodos como el enyesado de grietas en las paredes con barro o lima.
  • Mantenimiento de buenas condiciones higiénico-sanitarias en las viviendas, así como la estabulación adecuada de los animales domésticos en recintos cerrados.
  • Programas de salud y educativos en la comunidad.

La mejor prevención por tanto sería el control del vector, reduciendo el número de flebotomos infectados y el contacto de éstos con el humano. Y también controlar los reservorios, reduciendo el número de animales infectados en áreas endémicas.

Ante cualquier sospecha de padecer la enfermedad deberá acudir al médico.

Diagnóstico de la leishmaniosis en el hombre

El diagnóstico se realiza mediante la visualización microscópica directa del parásito en frotis o detección de su ADN mediante técnicas de PCR en médula ósea, bazo, ganglios linfáticos, sangre, piel, etc. También se puede realizar el cultivo a partir de muestras de tejido o aspirados de médula ósea.

Además, se pueden detectar anticuerpos frente a Leishmania mediante técnicas serológicas como el IFI (inmunofluorescencia indirecta) o el ELISA, siempre teniendo en cuenta que es importante llevar a cabo la titulación del suero ya que individuos asintomáticos o curados tras una infección pueden presentar anticuerpos. Por otra parte, la serología muchas veces no es de utilidad en casos de leishmaniosis cutánea, ya que los niveles de anticuerpos son muy bajos o inexistentes.

Tratamiento de la leishmaniosis en el hombre

En humanos el tratamiento de elección es la anfotericina B en caso de leishmaniosis visceral. También se utilizan antimoniales o sales de antimonio pentavalentes. También hay disponibles nuevos fármacos como la miltefosina y paramomicina, que se pueden combinar con los anteriores con el fin de reducir su toxicidad y coste.

La lesihmaniosis cutánea suele curarse de forma espontánea, aunque suele dejar cicatriz en la zona de la lesión.


Referencias